Errores al traducir novela

Hace un tiempo, te hablaba de la dificultad de escribir en otro idioma. Hoy, el tema es la traducción. Son dos cosas que, aunque tienen sus diferencias, también tienen mucho de parecido.

Estoy leyendo un libro en español cuya versión original es en inglés British y se nota. Ahí está el problema, que se nota y no debería notarse. La traducción no está españolizada. Esas frases traducidas, pero no adaptadas, me sacan de la historia porque, cada vez que las leo, las retraduzco al inglés para entender por qué están ahí.

Vaya por delante que ni soy ni seré traductora, así que no voy a hablar de ese trabajo, sino de algún «fallo» que, como lectora, encuentro. También quiero aclarar que el libro, en general, está bien traducido, así que no es una crítica a quien haya hecho esa labor. Tan sólo quiero comentar algunas cosillas que me he encontrado, pero que no me han hecho cerrar el libro pa’siempre jamás.

1. La escena del taxi

Tú, que eres mujer y española, estás en un taxi en España y el taxista te dice «lo siento, cielo, pero han cortado la calle». Posiblemente, tu primera reacción es mirarle con cara de mala leche mientras piensas «¿cielo? ¿pero este tío de qué va?». No sé si en otros países de habla hispana esta frase suena normal, pero en España no. Un desconocido en España no te dice cielo, querida y otras palabras similares. De hecho, me atrevo a decir que, ni siquiera son habituales entre amigos y familia. Depende mucho de la persona y del grado de confianza.

Sin embargo, si estás en Inglaterra, ese taxista inglés (aún quedan taxistas ingleses) te dirá «sorry, love» y todo el mundo contento. La palabra love se usa mucho ―no tanto entre los jóvenes―, pero es un comodín que no significa nada. Es una manera de decir «estoy siendo amable», pero no tiene una connotación negativa, como la tiene en español entre desconocidos.

En la novela que estoy leyendo, no sólo el taxista, sino otros personajes masculinos usan ese cielo en situaciones que no encajan del todo en español o, mejor dicho, en España.

Quien tradujo este libro no tuvo eso en cuenta. No es necesario traducir todas las palabras. Un «lo siento», sin más florituras, queda perfecto.

2. ¿Perder o Extraviar?

Una frase que me hizo pararme y releerla un par de veces fue «como mi madre había extraviado a mi padre, me llevaba con ella al trabajo». ¿Eh? Teniendo en cuenta que el sentido de la frase da a entender que el padre ha fallecido, lo normal sería decir «como mi madre había perdido a mi padre…». Tendría que ver la versión original, pero, aunque se refiera a que él se largó, a que no lo encontró más, creo que lo correcto sigue siendo «perdió».

Es cierto que el verbo lose se pude traducir por «perder, extraviar», pero hay que saber elegir la palabra exacta, ya sea al traducir o al escribir.

Lo que me extraña aquí, además, es que no se diesen cuenta de esto durante la corrección del texto. Que sí, que ya sé que hay cosas que se pasan por alto y que siempre queda alguna errata, pero una frase así me suena tan rara que me sorprende que no le haya sonado rara a nadie más.

3. No, no es por la noche

―¿Quedamos esta noche?

―No puedo. Me traen el sofá a las cinco y media y tengo que estar en casa a esa hora.

Teniendo en cuenta que, en Inglaterra, en otoño―invierno, es noche cerrada a las cuatro de la tarde, es normal que digan «noche» a horas que, para nosotros, aún son tempranas. Pero la traducción de esa pregunta, para que sea una buena traducción, debería ser «tarde”. Creo que cualquiera de nosotros habría dicho «ya, pero el sofá te lo llevan por la tarde y yo te hablo de quedar por la noche».

Al traducir, si hay que cambiar el significado de una palabra para que se adapte al nuevo idioma, pues se cambia. Lo importante es que suene creíble y no nos haga salir de la lectura.

Los tres puntos que he mencionado

Ya sea porque vas a traducir o porque vas a escribir directamente en otro idioma, deberías prestar atención a estas tres cosillas que he comentado.

Yo, que me he dado cuenta al leerlas traducidas, seguro que no las habría tenido en cuenta al escribirlas en inglés. A partir de ahora, estaré más atenta.

1. No hace falta traducir todas las palabras.

Podría añadir que, a veces, puede hacer falta añadir alguna palabra para darle más realismo. Por ejemplo, si yo hubiese escrito la escena del taxi en inglés, no se me habría ocurrido añadir ese love, y eso que lo escucho a menudo. Tomo nota de estos detallitos, por si acaso escribo una tercera historia en inglés.

2. La palabra exacta

Esto se puede aplicar a la escritura en otro idioma, a la traducción e, incluso, a la escritura en el propio idioma. Los sinónimos son traicioneros si pensamos que cualquier palabra tiene el mismo significado de la que buscamos. Ya sé que nosotros, escritores de pro, no cometemos el error de elegir el primer sinónimo que vemos cuando escribimos en nuestro idioma, pero cuidado cuando los buscamos en otro idioma, sea para traducir o para escribir.

3. Cambiar las palabras para cambiar los conceptos

No hay porqué hacer una traducción literal. Si en el nuevo idioma, una palabra no encaja, pues se cambia para adaptarla, y ya está. Poniendo el ejemplo de la foto, la palabra tea, en esa pregunta y en Inglaterra, no significa . Sería la cena, pero a la hora de nuestra merienda. O algo así.

Este es otro punto que puede hacer que nuestra escritura en otro idioma nos revele como extranjeros. Hay cosas de los idiomas vivos ―los que se hablan en la calle, no los que se estudian en libros― que dan una riqueza particular, pero que no siempre asimilamos como nuestras. Por eso, a mí me sigue costando mucho trabajo pensar en night a las seis de la tarde. Que no me acostumbro, por muy oscura que esté la calle, y créeme que lo está.

Pues ya ves, he visto esos «fallos» en la novela que estoy leyendo, pero tengo muy claro que los habría cometido yo si estuviese escribiendo ―no traduciendo― al inglés. Así que, este artículo me ha servido para compartir y para aprender.

¿Qué otras cosas has visto en las traducciones? ¿Qué errores has cometido al escribir en otro idioma?


Isabel Veiga López

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Dos libros (Volver a entender, A Friend of Dorothy Again), dos marcapáginas, en la arena, al lado de una estrella de mar.

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