La tercera edad en la literatura

Piensa en personajes inolvidables de novela. Piensa en los personajes de las últimas novelas que has leído. Si escribes, piensa en tus propios personajes. ¿Cuántos tienen más de sesenta años? ¿Cuántos están jubilados? ¿Cuántos de esos jubilados son protagonistas? Pocos, seguro que muy pocos.
La juventud domina nuestras vidas, tanto en la realidad como en la ficción. La tercera edad es uno de los colectivos invisibles y, por eso, quiero hablar de él.
¿Por qué son invisibles?
Mi teoría es que la gente mayor nos hace ser plenamente conscientes del paso del tiempo y de que la juventud, como la vida, es efímera. Es una teoría filosófica muy personal, así que no tiene por qué ser cierta.
El mundo gira alrededor de la juventud. Por ejemplo, que los jóvenes emigren supone un gran desastre, según las noticias, pero que emigren los no tan jóvenes, aunque con mucha más experiencia laboral, no importa a nadie y, por la tanto, ni siquiera se menciona. Podría hablar mucho más de este tema que me afecta en primera persona, pero no es el momento ni el lugar.
Desde el punto de vista escritor, todos hemos sido niños y adolescentes, pero no hemos sido ancianos; no es una etapa de la vida en la que tengamos experiencia. Es decir, nos resulta más sencillo meternos en un personaje de igual o menor edad que nosotros porque podemos relacionarnos con él, porque tiramos de recuerdos propios para crearlo.
Es un punto discutible, lo admito, porque el proceso de documentación está para algo. No hace falta ser asesino ni policía para escribir novela policiaca, está claro, así que no hace falta tener setenta y ocho años para crear un personaje de esa edad.
Dependiendo de la historia y del papel de tu personaje, puede que necesites documentarte acerca de qué significa tener esa edad, qué retos afronta la tercera edad, cómo responde ante esos retos.
Yo escribo novela contemporánea y me gusta profundizar en el mundo interior de mis personajes, por eso tengo que hacer mucha investigación de sentimientos, y me encanta.
El poder de dar visibilidad
Dar visibilidad es como un superpoder que tenemos quienes nos dedicamos a la escritura y otras artes. Todo depende del buen o mal uso que queramos darle a ese superpoder, como pasa en medios de comunicación y redes sociales. Se pueden usar para informar, para difamar, para manipular.
Lectores y otros escritores ponen sobre nuestros hombros -o sobre nuestros dedos- la gran responsabilidad de mostrar diversidad en nuestras historias. Hay quien da por sentado que, al incluir diversidad, damos visibilidad. No es tan sencillo.
Imaginemos una novela juvenil en la que se menciona o incluso aparece en alguna escena la directora del instituto que está a punto de jubilarse. Está bien, pero no es exactamente dar visibilidad.
Vemos gente mayor todos los días, están en nuestras familias, en nuestro trabajo (o tal vez no), en la calle, en algunos párrafos de novelas. Están ahí, los vemos, pero son invisibles en la sociedad. Otro superpoder: Ser invisible para quienes pueden verte. Triste.
Hace ya tiempo, te hablé de colectivos y visibilidad en No más LGBT+.
Sí, son protagonistas de novelas, aunque de pocas
No estoy diciendo que esos personajes no existan, sino que no son tan habituales como los jóvenes. Hay que rebuscar más para encontrar novelas cuyos protagonistas tengan ya cierta edad, y hay que rebuscar en unos géneros más que en otros.
Están como secundarios, como relleno, como figuración. ¿Protagonistas? Sí, los hay, y en todos los géneros, pero pocos. De hecho, otros artículos que he consultado mencionan, básicamente, los mismos títulos.
Incluso si son protagonistas, no siempre dan visibilidad a su colectivo. A veces, si cambiamos la edad del personaje, la historia no cambiaría ningún detalle. Quitemos veinte años al protagonista de El nombre de la rosa o al de El viejo y el mar, incluso a la adorable Miss Marple. ¿Deberíamos quitar o añadir algo al personaje o a la trama? Normalmente, no.
Algunos clichés
Veo un problemilla en esto de incluir personajes de la tercera edad y es que, en muchas ocasiones, sólo son clichés.
Se me ocurre el típico trabajador al que le quedan dos días para jubilarse y muere en acto de servicio. Tenemos también a esos personajes cuya única función es ser abuelos, como si no hubiese vida más allá de la familia. ¿Y qué me dices del que está ahí para dar lecciones a los demás?
Estoy escribiendo esto y me vienen a la mente imágenes de películas y series en las que los personajes se salen de estos clichés porque los actores necesitan seguir trabajando, pero aquí hablo de libros y se reducen las opciones.
Buenas razones para incluir personajes de la tercera edad
Me refiero, por supuesto, a personajes protagonistas o secundarios importantes, personajes que den visibilidad a nuestros mayores, que nos muestren que llegar a los setenta no significa quedarse en casa cuidando nietos.
Tienen mucho más pasado, secretos, cuentas pendientes, experiencias que podemos aprovechar en las tramas.
Han vivido en primera persona más hechos históricos y puede que los hayan vivido en el «bando equivocado».
Son hijas, madres, abuelas, incluso bisabuelas. Diferentes etapas en un mismo personaje.
Si ya están jubilados, tienen más tiempo libre para la trama sin la interrupción del trabajo, así que las aventuras pueden transcurrir en cualquier momento del año. Tampoco hay que pensar en qué profesión asignarles.
Aunque tienen familia, no suelen tener cargas familiares, así que tienen más libertad para ir y venir.
Al igual que los jóvenes, también pueden protagonizar cualquier género: terror, LGBT+, suspense, romántica, distopía, ciencia ficción. Cualquier género acepta bien a un personaje de la tercera edad.
Te permiten viajar a un pasado reciente y un poco más allá. Si hablan de padres y abuelos, puedes hacer flashbacks a un siglo atrás.
Novelas con personajes de la tercera edad
Como te decía, los mismos títulos se repiten en diversos artículos, así que sólo voy a compartir un par de ellos. Para no caer en ese error, mejor te dejo sus enlaces y echas más leña a tu lista de lecturas pendientes.
10 libros, con protagonistas ancianos, que merece la pena leer
8 grandes novelas protagonizadas por mayores
Volver a entender, novela corta LGBT+
Te decía antes que también la tercera edad puede protagonizar historias LGBT+ y románticas, por eso mis personajes encajan sin problema en este artículo.
Están jubilados, son homosexuales, encuentran el amor, tienen secretos, tienen una familia a la que rendir cuentas, el pasado afecta a sus vidas actuales.
Luis ha guardado un secreto desde su juventud y ha llegado el momento de sacarlo a la luz, aunque no es su intención hacerlo. Anselmo vive todavía con el miedo como compañero, debido a un hecho ocurrido cuarenta años atrás. Fernando teme a la soledad y no pierde la esperanza de encontrar a alguien con quien compartir el resto de sus días.
Otra novela que añadir a la lista de «novelas con personajes mayores». Tienes el enlace a Amazon en la imagen a tu derecha.

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4 Comentarios
Alain
Totalmente de acuerdo una vez más, Isabel. Y estoy encantado de poner mi granito de arena para que esta entrada se caduque más pronto que tarde (risa malvada ), ya que las protas de mí próxima novela son una señora de casi 80 años, su hermana de 77 y sus amigas (todas jubiladas y de la misma quinta, faltaría más). La muchachada, vaya 😛
Isabel Veiga López
Me alegra que estés escribiendo un segundo libro porque ya tengo ganas de leer algo tuyo otra vez. Me alegra que tus personajes sean de la tercera edad, genial. Y tienes razón, ojalá este artículo empiece a caducar cuanto antes y quede obsoleto en pocos años.
Rea
Siento que es algo que ya sabía, pero no acababa de ser consciente. La verdad es que he pensado mientras leía el artículo y solo me ha venido a la mente un libro protagonizado por un anciano y que, casualmente, se hace invisible. El libro se llama «Fantasmas de luz» (lo leí en gallego, pero creo que lo hay en español).
Isabel Veiga López
Muchas gracias por tu comentario, Rea.
Pues fíjate que me ocurrió lo mismo en su momento. Sabemos que hay diversos colectivos que están ahí, pero no nos damos de lo invisibles que son. La diferencia, en este caso, es que todos nos dirigimos hacia la tercera edad. Con suerte, todos acabaremos ahí, por eso es importante hablar de ella.
Tomo nota de ese libro, sea en gallego o en castellano. Saludos.