
Para qué sirve el primer borrador
Y cómo afrontarlo

Después de soltar tus ideas y organizarlas en la fase de planificación, ha llegado la hora de escribir, ¡por fin! Sin embargo, para escribir un primer borrador que merezca la pena y que sea útil, hay que aceptar que todavía no estamos escribiendo una novela ―o novelette o novella―. Suena obvio, lo sé, lo sabes, pero creo que todos hemos pasado por esa fase de parar a menudo la escritura hasta encontrar el adjetivo adecuado, el símil perfecto. Incluso hemos vuelto atrás para corregir.
Vale, puede que seamos unos pocos lo que, a pesar de conocer la teoría, escribimos el borrador intentando que sea algo medianamente presentable. He mejorado mucho en eso y ya soy capaz de dar al primer borrador lo que el primer borrador necesita: estructura, una base sólida, repeticiones de palabras y de conceptos, subrayados que me indican que debo revisar eso en la siguiente reescritura, tiempos verbales que no deberían estar ahí, agujeros en la trama, falta de descripciones, armas de Chejov olvidadas.
Lo creas o no, todo eso y más es lo que debe formar parte de un primer borrador. Si tiene montones de errores, tienes un primer borrador digno de llamarse así.
Por qué se llama primer borrador
Pues porque es el primero.
Aunque también puede ser el segundo si va después del borrador cero, aunque se sigue llamando «primer borrador». Ya hablaremos de eso después.
El caso es que le ponemos el numero ordinal «primer» porque va a haber más, y cada uno con una función.
¿Tengo que escribir más de un borrador? ¿De cuántos estamos hablando?
No, no tienes que escribir más de un borrador. No tienes que hacer nada que no quieras hacer. Sin embargo, si quieres crear un producto de calidad ―sí, un libro, al fin y al cabo, es un producto y debe ser de calidad―, pasar por varios borradores es una buena técnica que te ayudará a corregir errores mejorando tu historia.
Aunque estoy hablando de escribir varios borradores, no significa que haya que escribirlos. Lo que hacemos es escribir uno, ya sea el cero o el primero, y trabajamos las revisiones sobre ése. Pero sigamos con el primer borrador.
Hay escritores que hacen una planificación previa tan exhaustiva que dicen que no escriben borradores, sino directamente el manuscrito definitivo. Bueno, la experiencia propia te dirá si tú perteneces a esa raza o a la más habitual: la de borrador tras borrador tras borrador.
No hay un número exacto de borradores. No es «bueno, he escrito tres borradores, así que ya he terminado». Cada autor es cada autor, obvio, y sabe lo que necesita para dar su libro por terminado. Por supuesto, a más experiencia, menos borradores, en mi opinión.
Si has planificado en modo mapa
Has hecho un mapa, un esquema previo que incluye papelitos y bolis de colores, fichas de personajes, líneas temporales, resumen de cada capítulo o como sea que tú organizas tu planificación y la entiendes.
Has identificado la trama principal y las subtramas, el punto de vista del narrador, el conflicto, el arco del personaje.
Sabes lo que quieres contar y lo cuentas. Lo que debes tener claro es que no importa cómo lo cuentas. Todavía no.
Cómo afrontar el primer borrador en este caso
Es el momento de escribir sin detenerse, to’ p’alante, sin mirar atrás. Para los escritores de mapa, el primer borrador es la primera oportunidad de escribir la novela, de dar forma a todas esas ideas. Toca escribir y escribir.
No se corrige lo que se está escribiendo, no se edita el capítulo que hemos terminado. Sólo se escribe. Si se te ocurre algo para una escena que ya has escrito, tomas nota y sigues adelante, pero no vuelves atrás. El objetivo es llegar a la palabra «fin».
El primer borrador es para formar el esqueleto de la historia. No tienes que pararte a mirar si tienes todas las costillas, si las vértebras están alineadas. Sólo escribe para que puedas ver el conjunto y decidir si te gusta así o si hay algo que cambiar respecto a la planificación previa.
Eso significa que estás escribiendo y revisando, aunque no te des cuenta. Puede que te salte a los ojos alguna cosilla que ves que no te encaja muy bien. Sin embargo, recuerda que ahora es momento de escribir. Si ves esos errores, tomas nota en tu planificación y sigues escribiendo. No dejes de escribir para corregir la planificación porque te puedes perder en ese laberinto. Una corrección en el capítulo 15 te puede llevar a varios capítulos anteriores y/o posteriores. Repito: toma notas, algo breve pero efectivo, y no detengas el borrador.
Si eres de planificar con un borrador cero
Ya hemos hablado aquí de lo que es un borrador cero. Es más usado por planificadores brújula que mapa, y es más habitual en novelettes que en novelas, aunque eso ya depende de cada uno. No hay normas.
Si has planificado con un borrador cero, ya has escrito la base de la historia, ya has escrito la palabra «fin», así que tu primer borrador es tu segunda oportunidad de escritura, o tu primera oportunidad de reescritura. Sí, yo también he tenido que leer la frase para entenderla bien y asegurarme que dice lo que quiero decir.
Con el borrador cero ya tienes las frases, los párrafos, los capítulos. Tienes la base, una idea más visible de lo que vas a contar en cada momento. Es tan flexible como la planificación de mapa; también es más visual porque te permite «ver» ese esqueleto, hacerte una idea del resultado final, aunque sabes que aún queda camino por recorrer y que a ese esqueleto le faltan unos huesos y le sobran otros.
Cómo afrontar el primer borrador en este caso
Ese «ver» la historia ya montada, por flojo que sea ese montaje, te da la oportunidad de retocar, de ver dónde hace aguas la trama. Puedes pararte un poco más ―sólo un poco más, sin pasarse― porque ya has dado forma a las escenas, aunque decidas eliminar algunas o añadir más. Lees las frases y las mejoras.
Aquí, el objetivo del primer borrador es reescribir revisando. ¿Qué revisamos? Los fallos en la historia, los aciertos del borrador cero, las lagunas que no tuvimos en cuenta la primera vez.
Es el momento de echar mano de esas notas que fuimos apuntando y decidir cuáles vamos a usar.
A ver, que si encuentras algún fallo ortográfico, alguna errata, alguna coma que no debería estar, pues lo puedes corregir, pero ten en cuenta que esa frase que corrijas puede ser eliminada en una posterior revisión, así que no merece la pena dedicar tiempo a buscar esos errores. Si te los tropiezas sin querer y quieres arreglarlos, vale, pero no es el propósito del primer borrador.
Entonces, ¿el primer borrador es sólo escribir y revisar la historia?
Pues sí, sólo eso, nada más. Para los mapa, es escribir revisando una planificación. Para los brújula, es revisar reescribiendo un borrador. En esta etapa, lo importante es que la historia tome forma, por muchos fallos que tenga esa forma y por muchos agujeros que tenga esa historia.
Como siempre digo, esto no es una norma que hay que seguir por obligación. Si tú usas tu primer borrador centrándote en otras cosas, me gustaría saberlo para aprender otros puntos de vista.
¿Te has perdido el enlace del borrador cero? Aquí lo tienes: El (desconocido) borrador cero – Isabel Veiga López

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