¡NO TE HE COPIADO!

Mis futuras ideas están en los viejos libros.

Por una vez, y sin que sirva de precedente, he puesto el título en mayúsculas. Sí, es un grito, estoy gritando, quiero que el mensaje quede claro: NO TE HE COPIADO. Así te lo digo, con firmeza, con seguridad en mí misma. No te he copiado, ni a ti ni a nadie, lo creas o no.

Una de las cosas que te enseña, o debería enseñar, cualquier curso de escritura es que ya está todo escrito.  No me refiero sólo a la literatura, que también, sino a todo en general. Ya me ha pasado varias veces que he escrito algo y me he encontrado con que alguien lo había escrito ya.

La palabra decepción se queda muy corta cuando empiezas a trabajar en una idea que crees nueva —al menos, es nueva para ti— y descubres que ya ha sido mostrada al mundo por otras personas. Pero, claro, llego tarde, ya está to’l pescao vendido y pasa lo que pasa.

Lo entiendo, lo asumo y sigo escribiendo lo que me apetece, por muy repe que esté. Es importante entender y aceptar cuanto antes que nuestras ideas del futuro están en los libros del pasado. Todo lo que se nos va a ocurrir ya está escrito en este momento.

Un texto casi igual

La primera vez que me pasó, fue con un texto que era prácticamente igual a uno que yo había escrito como parte de una novela. Apareció mientras perdía el tiempo en Facebook. Alguien lo había compartido y a mí se me cayó el alma al suelo.

¿Cómo es posible que dos personas que no se conocen escriban un texto tan parecido? No sé quién lo escribió, así que no he podido ponerme en contacto para decir «oye, verás, es que lo que yo he escrito es parte importante de mi novela y no me gustaría cambiarlo, pero tampoco quiero que pienses ni que te he copiado ni que me he basado en lo tuyo».

Sigo con el dilema después de varios años porque ese texto, en mi novela no publicada, ayuda a entender el cambio de uno de los personajes, su antes y su después. Además, el título de la novela nace de ese texto. Por suerte, esa historia no es la que estoy trabajando ahora, está en fase de reposo hasta que acabe otros proyectos. Es lo que pasa cuando las ideas te asaltan sin piedad y exigen tu atención.

Mi texto no estaba en internet, ni siquiera en Word, así que no me lo pudieron copiar. El problema es que, precisamente por estar a mano en una libreta, no puedo demostrar que yo tampoco lo he copiado. Debería haberlo registrado, pero ¿quién iba a pensar que algo así podría pasar?

Resultado: me toca cambiar esa parte de la novela. La parte positiva es que lo he visto a tiempo para hacer un cambio. ¿Te imaginas publicar la novela con esa parte casi idéntica a lo que alguien ha escrito y que me acusen de plagio? Qué vergüenza, sobre todo cuando no es verdad. Por cierto, ahora ya está todo registrado (relato, título de la novela), aunque no sirva de nada porque el registro tiene fecha 2019 y yo lo escribí hace cuatro o cinco años.

El mismo nombre -que no voy a cambiar-

La segunda vez ha sido hace unos días. Al terminar de leer un artículo, he mirado los comentarios, como siempre, y ahí estaba. La decepción me ha dejado los ojos muy abiertos, incrédulos. Habían escrito «excelentes anti-consejos». ¿Anti-consejos? No puede ser. Eso es algo que he inventado yo para hablar del Anti-Relato. Sin embargo, ese comentario fue escrito hace 3 años y, por supuesto, parece que lo he copiado porque, reconozcámoslo, no es algo que se le ocurra a todo el mundo, o tal vez sí. Mier… Maldita sea. Ni siquiera eso es sólo mío ☹

Está comprobado que, al menos en escritura, es difícil tener una idea que nadie haya tenido antes.

En este blog, puedes leer el Anti-Relato, que escribí para mostrar algunas cosas que los consejos de escritura nos dicen que no debemos hacer al escribir. De ahí, surgió la serie de artículos Anti-Consejos, en la que me centro en diferentes aspectos del Anti-relato para opinar a mis anchas acerca de esos consejos y que siempre termino con la sugerencia «haz lo que te dé la gana». Por eso el nombre Anti-Consejo. (Edito: he cambiado el título de esos artículos y ya no aparece Anti-Consejo en el título).

El mismo contenido -que escribiré igualmente-

Por cierto, el artículo de ese comentario ha sido otra desilusión porque, aunque ya escribo acerca de los consejos que me voy encontrando y doy mi propia versión de los hechos, hace tiempo que tengo en mente escribir un artículo más general, pero desde una perspectiva diferente. Perdón, desde una perspectiva que yo creía diferente. Bueno, pues ya la han escrito, cachis.

Sí, es muy jodido leer montones de artículos y tener la necesidad de escribir un punto de vista distinto, incluso opuesto, y descubrir que también está ya inventado. ¿Nunca has comentado una idea y te han dicho « ya hay una peli o un libro así»? Si no te ha pasado, es que o no comentas lo suficiente o te faltan ideas.

Reconozco que en el colegio copiaba si podía, sobre todo las mates, pero ya no necesito copiar nada ni a nadie.

Seguiré escribiendo lo que necesite escribir

Aunque no lo parezca, este artículo no es una queja, no me entiendas mal. No es una pataleta por no poder escribir algo que no se haya escrito antes. Es, simplemente, un hecho.

Decir «esta silla está rota» no expresa una queja, sino un hecho. Decir «ya está todo escrito, no puedo ser original», tampoco es una queja, sino un hecho que me ayuda a mostrar mi frustración por no poder ofrecerte contenido nuevo.

Esto es así y lo asumo con humildad. También con decepción y algo de cabreo, es cierto, pero humildad, ante todo. Hay escritores que llevan años hablando de escrituras y lecturas, así que no voy a descubrir la pólvora a estas alturas. Tal vez, alguien, puede que tú, leas mis artículos y relatos y pienses «lo ha copiado de X», pero no es así, lo prometo, te lo juro por Snoopy y por Cervantes. Te lo juraría por la RAE, pero ha dejado de ser una biblia para mí. Snoopy me parece más fiable en su forma de actuar.

A pesar de todo lo que he dicho, yo voy a seguir escribiendo lo que me apetece.

Las ideas, por muy repetidas que sean, están en mi cabeza y tienen que salir. Puede que ya no sean originales, pero las voy a compartir de todas formas porque son mías y porque yo sé que soy honesta y escribo con integridad.

Una cosa es basarte en algo que has visto, pero otra es copiar, y yo no copio ni he copiado a nadie. Sí, vale, lo hacía en el cole, en el de cuando era pequeña, no en el de ahora, pero ya no lo hago porque creo que no hay necesidad. Tengo mis propias opiniones y sé cómo expresarlas sin importarme ni cuántas veces ni cómo han sido ya expresadas durante años.

No voy a limitarme, no me da la gana de cortar mis propias alas, ea. Seguiré escribiendo lo que necesite escribir y tú deberías hacer lo mismo. He dicho.

Si quieres leer el relato Todo te lo ofrezco, puedes hacerlo aquí.

(foto libros) Image by IvanPais from Pixabay

(foto clase) Image by facethebook from Pixabay


Isabel Veiga López

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Dos libros (Volver a entender, A Friend of Dorothy Again), dos marcapáginas, en la arena, al lado de una estrella de mar.
Novela Volver a Entender

6 Comentarios

  • Antonio Chávez López

    Dí que sí, chiquilla, lo tuyo es tuyo y nadie debería osar a plagiártelo. Pasa, como bien dices, que a veces las mismas ideas moran en muchas cabezas, y, claro, de ahí que puedan interpretar plagio todas las cabezas pensantes sobre lo mismo.

    Por cierto, también se puede ver como plagio algo tan manido y pueril a la vez, como la frase «lo que me dé la gana». La cantante gaditana Merche (que me encanta y que conozco personalmente), ha lanzado al mercado una canción que lleva por título «lo que me dé la gana», y este mismo título es el título de una canción de un chico sudamericano (creo que argentino o chileno, pero no recuerdo su nombre). Así que si se quieren meter en jaleos de denuncias y juzgados el tal y nuestra Merche… «la contienda está servida».

    • Isabel Veiga López

      Yo suelo escribir en google el título que se me haya ocurrido, por si acaso. De hecho, busqué «la carta de Pandora» (que se me había ocurrido como título de una novela) y es un episodio de Los Serrano 😀 He cambiado el título, claro, por si acaso.

  • Bufón loco

    Toda la razón. Escribo compulsivamente y tengo un 90% de posibilidades de recurrir a lo que me influencia. Ni me preocupo en realidad mientras sea lo que siento y quién lo lea disfrute. ¡Nos leemos!

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