La máquina de escribir
(tópicos de escritores)

En una escena de una conocida serie de este siglo, los personajes se dan cuenta de que comparten vagón con un famoso escritor. Este escritor no está durmiendo o mirando por la ventanilla; está escribiendo. El tópico se convierte en parodia cuando vemos que está usando ¡una máquina de escribir!
Muchas webs y blogs de escritura ponen —ponemos— fotos de máquinas de escribir como presentación. Tengo que admitir que eso me gusta más que las fotos de ordenadores o cualquier otro aparatejo tecnológico. Puede que sea porque los portátiles no representan sólo a los escritores, sino a muchos otros profesionales también. De hecho, cuando ves la foto de un ordenador, tal vez el oficio de escritor no sea el primero que te viene a la cabeza. Con las máquinas de escribir no sucede así. Tienen personalidad, representan diferentes épocas, su única función es escribir. No las relacionas con jugar, ver pelis, diseñar, leer el periódico. Por eso, se asocian con los escritores, porque son sólo para escribir.
No voy a negar que los escritores solemos aprovechar esos momentos «no puedo hacer otra cosa», como durante los viajes, para escribir, revisar, anotar ideas. Esa parte del tópico es cierta. Lo de la máquina de escribir ya es otro cantar, sobre todo en un tren hoy en día. Bueno, no creo que en la prehistórica época pre-portátiles/tablets, los escritores llevasen consigo su máquina de escribir, sino libretas, como seguimos haciendo muchos.
Estoy segura de que algunos escritores todavía tienen en casa una de esas máquinas (la mía es eléctrica), pero me atrevo a decir que apenas unos pocos las siguen usando. Y entiendo el porqué. Esa imagen tradicional con tintes románticos y sonido fuerte de teclas martilleando nuestros oídos está muy bien para las películas, pero en la vida real no es práctico.
Si vamos a teclear, lo hacemos en el ordenador, sin gasto de papel ni tinta ni típex y con la comodidad de poder rectificar y corregir sin conservar los tachones, aunque eso signifique haber perdido el arte de colocar el papel recto a la primera. Recuerda que hablo en general y, por lo tanto, seguro que hay excepciones. Tal vez tú seas la excepción.
Me gusta el tópico de la máquina de escribir porque tiene su lógica, su origen, como todos los tópicos. Además, aprendí mecanografía con una de esas máquinas grandes de teclas duras (así de mayor soy, snif), por eso no me importa que, como escritora, se me relacione con esa fantástica herramienta, pero reconozcamos que, hoy en día, sólo es eso: un tópico.
Libretas, bolígrafos, tinteros con plumas, máquinas de escribir… Imágenes que se usan para hablar de nosotros, de los escritores. Me gusta, me identifica.
¿Tienes máquina de escribir? ¿La usas? ¿Cómo es? ¿Qué opinas del tópico?

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