2 mitos falsos sobre las editoriales

2 mitos falsos sobre editoriales
2 mitos falsos sobre editoriales

No me gusta que me mientan. No me gusta la gente que repite ciertos mantras sin comprobar su autenticidad y, por lo tanto, mienten a todo el mundo. Esto ocurre con el tema de las editoriales.

Alguien lee un comentario que afirma que las editoriales no publican a escritores noveles. En lugar de pedir argumentos que respalden eso, se lo cree sin más y lo repite en grupos de escritores. O lee que otra persona ha pagado por publicar con una editorial, así que le cuenta a todo el mundo que, hoy en día, hay que pagar para poder publicar, sobre todo si eres escritor novel. ¿Resultado? Ha mentido y desmotivado a esos autores, si es que le han creído.

Estos dos mitos son una constante cada vez que se habla de editoriales en grupos en los que predominan escritores que van a publicar por primera vez. Antes, me molestaba en desmentirlo; hoy en día, prefiero escribir este artículo y compartirlo para ahorrarme tiempo.

Si eres un escritor desconocido, no leen tu manuscrito

Si las editoriales no quieren autores noveles ni/o desconocidos, ¿para qué enviarles nuestros manuscritos? Olvidémonos de ellas ahora mismo. Merecen que las ignoremos como ellas nos ignoran a nosotros. ¿Cómo se atreven?

Dejemos el sarcasmo, no sea que alguien no lo pille y se lo tome en serio.

No, no es cierto que ignoren a los autores noveles. Si no me crees, echa un vistazo a los catálogos de las editoriales y mira cuántos autores conoces. Puede que no muchos, sólo un par. El resto son como tú y yo: desconocidos.

Todas las editoriales, sin importar su tamaño, están deseando descubrir al próximo superventas. Todas leen cada manuscrito pensando «a ver si con éste damos el pelotazo». Si no leyesen los de autores noveles, ¿cómo encontrarían la joya escondida?

Editoriales pequeñas

¿Crees que tienen una capacidad económica y logística suficientemente saludable como para permitirse trabajar sólo con autores famosos? Ya respondo yo: no.

Estas editoriales se mueven mejor con escritores que no requieren grandes campañas de marketing ni grandes tiradas de ejemplares ni distribución nacional en todas las librerías. Todo eso requiere una enorme cantidad de dinero que hay que desembolsar por adelantado y que estas editoriales pequeñas no tienen.

Los escritores famosos ya tienen sus editoriales de confianza, que son con las que ya han firmado sus contratos hace tiempo. Si una editorial nueva se propone trabajar sólo con los famosos y rechazar al resto, no dura ni dos meses abierta.

Leen todo lo que les llega, siempre y cuando se ajuste al género literario que trabajan y cumpla los requisitos de envío de manuscritos. Si sigues esos requisitos, te leerán.

Editoriales grandes

Si estas editoriales viviesen sólo de autores famosos, ya habrían cerrado. ¿Cuántos famosos hay en cada editorial grande? Echa un ojo a sus catálogos, otra vez. Verás unos cuantos nombres conocidos, pero verás muchos más desconocidos.

Una editorial no se puede mantener sólo a costa de los autores famosos, por eso les interesan los desconocidos, sean noveles o no.

Repito: leen todo lo que les llega, siempre y cuando se ajuste al género literario que trabajan y cumpla los requisitos de envío de manuscritos. Si sigues esos requisitos, te leerán. Te lo digo yo, que envié un manuscrito -hace ya muchos años- sin tener ni idea de cómo funciona el mercado editorial y, por supuesto, no tuve respuesta. Culpa mía, no de ellos.

Resumiendo

―No, ninguna editorial ignora a los autores noveles y/o desconocidos.

―Las editoriales pequeñas se nutren de esos autores, crecen gracias a ellos.

―Las editoriales grandes se mantienen gracias a ellos y a los famosos.

―Envía tu manuscrito a las editoriales que encajen con tu género. ¿Qué puede pasar? Que no te contesten o que te digan que no les interesa. ¿Y qué? No es el fin del mundo. Si no lo envías, tienes el «no» asegurado; ve a por el «sí».

Los escritores pagan a las editoriales para publicar

¡No, los escritores no pagamos nada para que publiquen nuestros manuscritos! Si una empresa (no voy a llamarla «editorial») te pide dinero, no es una editorial, aunque se anuncie así. Te va a cobrar por un trabajo de coedición que, además, es muy probable que no haga, ya que suelen cobrar haciendo muchas promesas cuando lo único que van a cumplir es que van a imprimir bastantes ejemplares que has pagado por adelantado y que tendrás que vender.

El problema no es que estas empresas te contacten prometiéndote un mundo maravilloso, sino que la mayoría se esconden tras el nombre «editorial». Muy pocas van de frente diciéndote los riesgos que vas a afrontar. Lo habitual es que te ofrezcan todos los servicios diciendo que pagáis a medias, que es normal, que tu libro va a estar en todas las librerías, bla bla bla.

El resultado es que pierdes dinero y tiempo, y que te quedas con cajas llenas de ejemplares de tu libro, ejemplares que te dijeron que iba a ser muy fácil vender, pero a las que te costará dar salida. No será imposible, pero sí muy difícil porque tendrás que hacer en muy poco tiempo lo que los demás llevamos años haciendo: marketing.

Para no enrollarme ahora contándote cómo reconocer una «editorial» de coedición ―ésas que debes rechazar―, te dejo unos enlaces al final de este artículo.

Ya que no te importa pagar para publicar, ¿por qué no pagas a profesionales de verdad? Ya, ya, que no quieres autopublicar, que eso es de perdedores y no te da caché, que quieres que sea con editorial, quieres tener una validación pública, te han dicho que se encargan de todo por un «módico» precio. El caso es que no se encargan de nada.

Llamamos «editorial tradicional» a la que hace las cosas de manera tradicional, somos así de originales poniendo nombres. Es decir, reciben manuscritos, les echan un vistazo ―sí, sí que los leen―, hablan con el autor, corrigen, editan, maquetan, hacen la portada, imprimen, publicitan, distribuyen. Y no te piden dinero.

Ya te cobrarán todos esos servicios cuando empieces a vender, porque se van a quedar con el 90% del PVP (precio de venta al público) de cada libro que se venda. Pero, ojo, que nunca vas a tener que sacar dinero de tu bolsillo para pagar. Si el libro se vende bien, todos ganan. Si se vende mal, la editorial pierde, económicamente hablando, claro. Y es normal porque tú no has invertido nada.

Conclusión

Cuando te comenten algo, no te lo creas sin comprobarlo. La gente tiende a repetir consignas para que los demás crean que sabe de lo que habla, pero no tienen ni idea en algunos casos. Investiga, pregunta, no pierdas oportunidades por rumores.

Todas las editoriales leen a escritores desconocidos y no les piden dinero por publicar, excepto si son de coedición.

De los mitos a la hora de enviar los manuscritos, te hablaré otro día. De momento, aquí tienes los enlaces prometidos.

¿Por qué no publican tu novela si eres autor novel? – Teo Palacios

Autoedición y Coedición ¿Cuáles son las diferencias? – Diana P. Morales

Cómo identificar a una editorial de coedición y de autoedición – Mariana Eguaras

Errores a evitar si quieres publicar tu libro – Ana Bustelo


Isabel Veiga López

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Dos libros (Volver a entender, A Friend of Dorothy Again), dos marcapáginas, en la arena, al lado de una estrella de mar.

8 Comentarios

  • Alain

    Totalmente de acuerdo, Isabel. Yo también me he autopublicado directamente, sin probar a tocar ninguna puerta de ninguna editorial antes (esto de vivir en el extranjero tiene sus handicaps para según qué cosas). Y bueno, para ser mi primera vez no me puedo quejar, es como hacer un Máster (de lo que no hay que hacer, sobre todo), que nos sirve para la próxima vez 🙂

    • Isabel Veiga López

      Sí, la clave está en el aprendizaje. Empezar haciendo nosotros todos los pasos de la publicación es un buen camino para saber lo que queremos y lo que no deberíamos querer. Mal no te ha ido, no. A ver cuándo vemos tu siguiente libro, tal vez contándonos la vida al otro lado del océano 😉

  • Ignacio

    Muy interesante tu entrada y muy cierta.
    Concuerdo con todo lo que explicas pues, en efecto, es así.

    En el mundo editorial hay un sinfín de mitos basados seguramente en la frustración de muchos autores que por X o Y razón no han sido publicado en las tradicionales y han acudido a las de coedición.

    Realmente es un peoceso de golpear puertas en las editoriales; analizarlas también es parte del trabajo del autor, ya que, como bien indicas, cada una se centra en ciertos géneros y estilos.

    Tarde o temprano, si tu trabajo es bueno, te abrirán una puerta. García Márquez golpeó muchas puertas antes de que le publicaran su afamado «Cien años de soledad».

    • Isabel Veiga López

      García Márquez, Stephen King, Rowling y tantos otros. Estos días, una chica estaba muy contenta porque una editorial iba a publicar su libro. Decía que «apuestan por autores noveles», como si otras no lo hiciesen, como si no fuese la típica frase de la coedición. Varios de nosotros dijimos que cuidado, que es coedición (le hacían pagar). No quiso escuchar, no insistí. Como te he dicho en nuestra conversación, la información es poder, pero todavía hay muchos que no quieren informarse. Una pena. Gracias por comentar.

  • José Antonio

    Gracias por decir la verdad. Uno de los grandes problemas de los que escribimos es que nos sentimos únicos. Es necesaria la humildad. La humildad y disfrutar con lo que hacemos. Por pereza, falta de expectativas o comodidad nunca me molesté en enviar nada a una editorial grande, aunque sí publiqué con pequeñas. ¿El resultado? Agridulce. Tal vez por creer que tendrían muchos recursos e interés en mover tu obra. No los tienen. Por tanto, hay que valorar su esfuerzo y que no te hayan cobrado nada, además de considerar como opción válida que como autor también tienes mucha responsabilidad de que tu obra no se venda. En esto saber venderse es muy importante. Se vende Pérez-Reverte, se vende Ken Follet… Todo el que quiera vender se debe saber vender él mismo. Tras leer mucho sobre el mundillo editorial y comprender cosas que aún no comprendía con mi primer libro, decidí autopublicarme en Amazon, con mucho rigor: contratando la corrección profesional, la maquetación profesional, la portada profesional, el marketing. El resultado no es y nunca será vivir de esto (por suerte tengo un trabajo estable y suficientemente remunerado) sino disfrutar con lo que escribo y publico tras trabajarlo lo máximo. Llegó a algunos lectores incluso al otro lado del charco. Incluso me saca el periódico de mi ciudad. Mantengo la ilusión y disfruto mucho que es lo importante. Un saludo y enhorabuena por el post.

    • Isabel Veiga López

      Muchas gracias a ti por leerme y por comentar.
      Es importante conocer el mundo en el que nos metemos, sea en lo que sea. Yo estoy aprendiendo ahora acerca de la maquetación para saber qué puede necesitar mi maquetadora. Voy a autopublicar y, aun así, aprendo acerca de las editoriales, por si acaso.
      Los escritores, sobre todo los famosos, tienen que moverse mucho para dar visibilidad a sus libros. Los no famosos lo hacen a pequeña escala, pero no se libran, no.

    • Isabel Veiga López

      Muchas gracias por tu comentario y por ese enlace. Qué bueno que algunos medios de comunicación decidan no alimentar a la bestia.
      Entre quienes se meten en esto de la «escribición» sin hablar con nadie, sin informarse, y quienes tienen el ego tan subido que merecen lo que les pasa, estas empresas se siguen aprovechando.
      Saludos.

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